EL BIOCONSUMO: UNA OPORTUNIDAD DE NEGOCIO EN CONTINUA EXPANSIÓN



El consumidor occidental, cada vez más concienciado con el cuidado de su salud y del medioambiente, demanda consumir productos más naturales, saludables y respetuosos con el entorno. Las empresas productoras conscientes de esta creciente demanda se están adaptando a estos nuevos requerimientos del consumidor, lanzando productos cada vez más sanos y naturales, al mismo tiempo que cada vez son más las grandes empresas de distribución que han comenzado a crear espacios específicos para satisfacer esta demanda.

Lo bio, lo natural o lo ecológico son términos que cada vez están más presentes en nuestras vidas y la tendencia parece imparable. Las empresas deberán hacer un importante esfuerzo en satisfacer unas necesidades de consumo cada vez más generalizadas


Máximo Santos Miranda
Doctor en Ciencias Económicas y Licenciado en Derecho. Experto en finanzas internacionales

Helena Rubio Canales
Experto en Comercio Exterior


El Ministerio de Agricultura define la producción ecológica como aquel sistema de gestión agrícola y producción alimentaria que preserva los recursos naturales, manteniendo un elevado nivel de biodiversidad y respeto al medioambiente, al mismo tiempo que aplica las mejores prácticas y normas sobre el bienestar animal, dando lugar a una producción que se obtiene a partir de sustancias y procesos naturales.

En un contexto de mercados cada vez más abiertos y globalizados, asistimos a un aumento continuo de la población mundial, cuyas necesidades nutricionales deben ser atendidas. Al mismo tiempo, el porcentaje de clases medias a nivel global continúa incrementándose, y muy especialmente en aquellos países que cuentan con mayores ritmos de crecimiento económico y de urbanización, lo que condiciona totalmente la configuración de la demanda mundial de alimentos, orientándola más hacia productos más seguros y de mayor calidad y con perfiles nutricionales enfocados a promover la salud de los consumidores. También es preciso destacar que la sociedad cada vez exige de forma más acentuada el correcto uso de los recursos, tierra y agua principalmente, al tiempo que demanda que el uso de dichos recursos sea respetuoso con el entorno. Es decir, estas crecientes clases medias ya no solo demandan consumir alimentos, sino que requieren acceder a una oferta de alimentos más saludables a la vez que respetuosos con el medioambiente.

En estos momentos se está produciendo un proceso de innovación y de avances científicos que muchos no dudan en calificar como la cuarta revolución industrial. Dichos avances están contribuyendo a potenciar el desarrollo de los productos de origen biológico, lo que se presenta como absolutamente necesario si queremos que nuestra sociedad dependa paulatinamente en menor medida de los recursos no renovables o de origen fósil, cuyo consumo está acelerando un proceso de cambio climático que va a condicionar el futuro de la vida en el planeta. Dichos procesos innovadores que potencian los factores biológicos y renovables son absolutamente necesarios para satisfacer las necesidades futuras de una población mundial más rica y numerosa que requerirá alimentos cada vez más saludables y mejores servicios sanitarios con los que mejorar y alargar su calidad y esperanza de vida.

Junto a lo anterior, hay que tener en cuenta que a día de hoy muchos de los ecosistemas que abastecen las sociedades humanas ya están sobreexplotados. A ello se une la creciente preocupación acerca de las consecuencias del cambio climático que podría agravar aún más los problemas medioambientales, afectando los suministros de agua, la productividad agrícola y la calidad de los alimentos.

La biotecnología ofrece soluciones tecnológicas a muchos de los retos que presenta la producción creciente de alimentos más saludables en el planeta, pudiendo incrementar la producción de alimentos para el consumo animal y humano, preservando la sostenibilidad ambiental, mejorando la calidad del agua y la salud de las personas y ayudando a mantener la biodiversidad al detectar especies invasivas. En definitiva, la biotecnología añade valor a una gran cantidad de productos alimenticios, aunque es poco probable que la biotecnología desarrolle todo su potencial sin unas políticas regionales, nacionales y globales apropiadas que estimulen su aplicación. 

 Por consiguiente, es preciso destacar que hay una demanda cada vez más importante por parte de la  sociedad internacional y en especial de la Europea, de la que España forma parte, por consumir productos más sanos, de producción más respetuosa con el entorno y la biodiversidad y que sean obtenidos de forma renovable y sostenible, sin utilizar en su producción aquellos recursos perjudiciales para el entorno y que están conduciendo al calentamiento del planeta, de cuyas consecuencias negativas estaremos todos afectados de una u otra manera. 

Las empresas, tanto las productoras de alimentos como las encargadas de su distribución, cada vez más conscientes de lo anterior, están potenciando la producción de productos alimenticios más saludables, al mismo tiempo que son más los establecimientos que se han especializado en la venta de productos bio. Aunque este tipo de establecimientos ofrecen productos de mayor precio que los convencionales, están creciendo de forma sostenida en Europa en los últimos años, y también en España, al calor de los motivos anteriormente descritos. Las tasas de crecimiento de los productos biológicos para los próximos años son muy halagüeñas y constituyen una gran oportunidad de negocio para la potente industria agroalimentaria española y para las cadenas de distribución de alimentos nacionales e internacionales. 

Un ejemplo de todo lo anterior es el reciente lanzamiento en España (mayo del 2017) del primer establecimiento Carrefour Bio, que es un supermercado urbano dedicado exclusivamente a productos que cuentan con certificación ecológica. Este nuevo concepto comercial constituye el primero que lanza una gran cadena de distribución en nuestro país y está concebido para responder a las necesidades del cliente urbano que demanda poder hacer una compra completa con productos que proceden de la agricultura y la ganadería ecológica. Es de destacar que para atender este establecimiento, la compañía cuenta con personal cualificado, con formación en ingeniería agrónoma, nutrición y dietética e incluso en muchos de los casos se trata de empleados que ya cuentan con experiencia en la venta de productos ecológicos. 

Otras cadenas de distribución, como las alemanas Lidl o Aldi, si bien no han lanzado establecimientos especializados de este tipo por el momento, sí que han hecho de la promoción de estos productos en sus establecimientos una bandera de calidad y compromiso con el medioambiente. En este sentido, la oferta de productos orgánicos, eco o bio en sus centros ha sido creciente desde su implantación en España y la tendencia futura, según lo expresado por sus gabinetes de prensa, es que tendrán cada vez mayor peso en su porcentaje de ventas.  

 Otro ejemplo que demuestra el despegue del sector ha sido la compra reciente de la cadena americana Whole Foods Market(1) por el gigante de la distribución online Amazon. El importe de la transacción se situó en 13.700 millones de dólares. Whole Food Markets es una cadena en la que absolutamente todo es ecológico incluyendo la comida ya elaborada, bien para llevar o para consumir en el propio establecimiento.  

Un último ejemplo de todo esto es la reciente apertura de Organic Market Food en Marbella y Madrid. El concepto que define a estos establecimientos intenta aunar la vida saludable, la alimentación basada en productos ecológicos y el fomento de la protección medioambiental. Su lema, base de su filosofía comercial, es “cambiemos por dentro, cambiemos por fuera”.  

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